Doña Aida, una mujer humilde natural del barrio Cedro Arriba de Naranjito, era mi abuela. Madre de mi madre. Su joya más preciada y quizás la de más valor era su cadenita de oro con un crucifijo, su adicción era servirle a Dios, su pasión eran sus plantas y su afán diario era que comiéramos bien.

Casualmente el día que me marché de Puerto Rico se cumplían 5 años de su fallecimiento y lo vi de manera metafórica, donde se cerraba un gran capítulo de mi vida y de sus enseñanzas. Mientras me encontraba en la travesía a lo que sería mi nuevo hogar en Texas, miraba las nubes como si estuviera más cerca de ella que nunca, recordándola y enumerando una a una las cosas que me enseñó desde muy pequeña.

Me enseñó a amar al prójimo, a respetar a las plantas y no arrancarlas porque me daba la gana, a saludar a mi vecino, a dejar hablar a otros antes que yo, a respetar a las personas mayores, a quien no conocía hablarle de «usted», a que me gustara el campo, a que ensuciarse mientras se trabajaba era normal, a que cuando ella tumbara con el gancho las toronjas o chayotes yo tenía que tirarme por la «jalda pa’ bajo» a buscarlas, a como mondar y chupar una china sin tragarte las semillas y dejarla «virá», a diferenciar entre un «palo» de tamarindo y uno de mango y entre una «mata» de plátano y otra de guineo, que cuando las hojas del yagrumo estaban viradas iba a llover y que cuando los flamboyanes estaban florecidos estábamos en pleno verano.

Me enseñó a tomar café desde los 6 años y a como colarlo en una media, a como hacer un «mejunje» con ramitas de bejuco y alcoholado para el dolor muscular, a que todo dolor de barriga se aliviaba con te de naranja, que para mapiar bien había que exprimir el mapo bien fuerte con las manos y que la lechada quedara «bien mojá». También me enseñó a hacer sofrito y que era normal que los dedos se te quedaran con olor a cebolla por una semana, a que no andara descalza y que no metiera los pies en la cuneta cuando lloviera aunque fuese agua limpia. Que tenía que entrar a la casa cuando ella me llamara, y que la bicicleta la tenía que entrar antes de cerrar el portón. Que caminar y no tener carro era completamente normal y que uno siempre debía conformarse con lo que uno pudiese tener. A no mirar con envidia al otro, a ser agradecido y nunca olvidarte de dar gracias a Dios por lo que tenías.

Me enseñó que botar basura en la calle era malo, a disfrutar tranquilamente de la playa y a apreciar mis domingos con ella de camino al campo con «Canciones Inolvidables» en la radio. Me enseñó a cocinar, a tejer, a coser, a lavar ropa, a planchar y a limpiar. Y lo más importante; me enseñó el amor por mi patria, por mi idioma y apreciar de donde vengo.

Estas más que enseñanzas, son valores; la mayor carencia de esta nueva generación que florece y que se apodera de nuestro país. ¿Qué aprenden nuestros niños hoy en día? Ellos son el futuro de nuestra isla. Si no les enseñamos nosotros; ¿quién les enseñará? Quienes tengan a sus abuelas aún vivas, apovéchenlas. Nadie podrá brindarles las enseñanzas que ellas tienen. Que tristeza me da que mis hijos no puedan experimentar lo que yo viví pero me mueve la esperanza de yo poderles enseñar lo que mi abuela me enseñó.

Y a las próximas generaciones puertorriqueñas; ¿qué les enseñarán sus abuelas?

Gracias Ayaya.

11 comentarios en “Lo que mi abuela me enseñó

  1. Te felicito Francheska! Me gusta tu estilo, la forma de expresarte para comunicar tus sentimientos. Eres una motivadora 100% y lo mejor Boricua. Dios te cuide y te siga bendiciendo para que sigas adelante en Texas y sirvas de buen ejemplo para los que decidan buscar un futuro mejor fuera de nuestro Puerto Rico querido, Tu exito esta en tu planificacion y prioridades y claro ser una mujer luchadora que no olvida los valores que te enseño «abuela Aida». Bendiciones

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  2. Wow, me dejaste sin palabras. Me trasladarte a mi niñez y trajiste tantos recuerdos a mi memoria. Tienes tanta razón y esos son los valores que definen a un pueblo. Pero se ha perdido y la lamentablemente ya la niñez no experimenta eso.

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  3. Wow, me dejaste sin palabras. Trajiste tantos recuerdos de mi niñez a mi memoria y me traslade a esos bellos momentos con mis abuelos. Tienes tanta razón, es crucial inculcar esos valores en nuestros niños, pero lamentablemente es algo que se ha perdido. Gracias por compartir tus experiencias.

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  4. Estupendo!!! A la verdad que gran diferencia la crianza de antes con ahora, es una pena pero las abuelas de hoy , muchas , espero que no todas, muy pocas pasan un tiempo como ese de sencillez y humildad; valorando lo que se tiene . Hoy la historia es diferente, no se sí es producto de los medios tecnológicos o de los traumas o conflictos familiares que experimentaron en un Puerto Rico que se desarrollaba a
    Paso acelerado , hoy, me parece que no hay muchas abuelas con ese estilo, si quedan ; puede ser que no se le aprecie como es debido . Espero no perder la fe

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  5. que interesante todas esas historias Yo llevo en FLORIDA COMO 15 ANOS Me gusta mucho pero donde estoy es dificil hacer amistades, creo que es mi culpa porque soy timida pero este pais es maravilloso, se encuentra comida de todas las nacionalidades. Estoy por creer que hoy dia hay mas puertorriquenos fuera de Puerto Rico que en Puerto Rico y nos hemos acostumbrado tanto que no pensamos regresar a vivir alla, solo de visita para disfrutar de las playas y los paisajes que son bellos en Puerto Rico. Es una isla bella pero se sufre mucho en nuestra isla. Todo es caro y hay tanta diferencia entre unos y otros, que pena, si no tienes familia alla no quieres volver, aqui se vive mejor.

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  6. Excelente escrito, donde me reflejo a mi misma. Los ni~os de ahora estan sometidos y expuestos a tantas cosas nocivas. Las ense~ansas de los abuelos y el papel que juegan en nuestra sociedad, es algo vital. Que muchos valores nos inculcaron!.Ahora mismo tenemos una marcha el dia 16 de Febrero, marcharemos en contra de la educacion sexual y el libro de texto que propone el departamento de Educacion, precisamente protegiendo los valores morales y principios que inculcamos a nuestros nietos. Ningun gobierno debe dictar una educacion sexual explicita como pretende hacer este gobierno. Por tanto, en defensa de los valores y mantener la sanidad permitiendo a nuestros ni~os conserver su inocencia y abogando por una educacion sexual basada en la responsabilidad moral y religiosa, marcharemos por nuestros ni~os. Abuelos…..que mucho necesitamos de tus consejos y ense~ansas. Felicitaciones por tan bello articulo.

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  7. Wow!!! Mar transporté a mi niñez pq muchas de esas cosas las viví con mi abuela «mami Mode» 😔😢… Algo q me enseño y no olvidaré es q me decía: «si te encuentras dinero en la Calle, pídele a Dios por la persona q los perdió, nunca sabes cuanto los necesitaba»… Gracias a ella soy la mujer sencilla q soy hoy!! Gracias Mami Mode!! Sé q estas gozando en la diestra de Dios!!

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